La razón por la que muchas personas alcanzan el éxito y después fracasan, es la creencia de que el éxito consiste en una calle de un solo sentido. Cuando alcanzamos el éxito, creemos que ya lo hemos logrado y nos relajamos, dejando de hacer aquello que nos había llevado hasta ahí. Esto ocurre. A mí me ocurrió.
Cuando queremos alcanzar el éxito, trabajamos con tenacidad. Yo paré en el momento en el que llegué a donde quería. El momento en el que pensé que ya no necesitaba mejorar más, fue cuando comenzó mi caída.
Tenía buenas ideas, creía que era un tipo brillante y dejé de crear. Me distraje con el dinero, en vez de seguir concentrado en mis clientes y mis proyectos. Dejé de hacer lo que amaba, y comencé a ocuparme de cosas que no me gustaban.
Así empecé a sentirme deprimido, y a descuidar mi trabajo y a los clientes, que pronto dejaron de llamar. Al tener que despedir a todos nuestros empleados, mi socio y yo nos vimos de nuevo solos. Esta fue la salvación: al no tener que encargarme de otras tareas, volví a los proyectos con los que tanto disfrutaba. Empecé a divertirme otra vez. Y a trabajar duro. Volver a alcanzar el éxito anterior no fue rápido, me llevó siete años. Pero finalmente, el negocio creció como nunca.
Aprendí que el éxito no es una calle de una sola dirección. Es un viaje continuo, porque no termina al llegar a él, sino uno que debemos continuar hacia delante para poder mantenerlo.
Aquí puedes ver la charla en inglés: www.ted.com/talks/richard_st_john_success_is_a_continuous_journey
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