Segundo round.
Continuamos la serie empezada la semana pasada, ahí van las 10 razones por las que los coordinadores odian a los traductores, es decir, los errores que no debes cometer si quieres estar siempre a bien con tu coordinador.
- Retrasarse en las entregas o, peor aún, retrasarse en la entrega y no coger el teléfono ni contestar a los emails.
Cuando ocurre esto, el coordinador tendrá que decidir si buscar otro traductor, esperar encomendándose a San Bartolo (que algo tendrá que ver con tumbarse a la bartola) o ir a buscar al autónomo cuchillo en mano (no sé quién será, pero no he podido evitar poner enlace al simpático señor para plasmar la idea).
- El día de la entrega, no estar disponible.
El email con la traducción no ha llegado, enviaste el documento que no era… me da escalofríos de solo pensarlo.
- Enviar trabajos que no están terminados.
Cuando el traductor envía un trabajo sin terminar o hecho rápidamente con el traductor de google (y «arreglado» después), se halla ante la situación de tener que presentar y, en su caso, defender ese trabajo ante el cliente. Tiene tres opciones, cerrar los ojos y esperar que la cosa salga bien (lo más cómodo a la corta, pero, posiblemente, más incómodo a la larga); si está dentro de sus capacidades, quedarse hasta las tantas revisando el texto; o hablar con el traductor y decirle que la traducción no está como debería, después posiblemente tenga que explicar al cliente el retraso.
- Relacionado con el punto tres: no usar el corrector ortográfico de word.
Pasar el corrector automático es lo primero que hace cualquier coordinador. Si el traductor no lo ha usado, ya ha dejado una muy mala primera impresión.
- Cambios en la tarifa o en el precio del trabajo.
A veces, es difícil hacer un presupuesto cerrado, el traductor infravalora el trabajo que tiene una revisión o traducción y zas, se tira el doble de tiempo que el estimado. Si esto ocurre alguna vez y se plantea como posibilidad abierta, no hay problema, pero cuando el traductor está siempre intentando negociar la tarifa, el coordinador seguramente lo tenga en su lista negra personal.
- Aceptar trabajos con herramientas que no tienen o conocen.
Después de todo el tiempo que invertiste en buscar al traductor adecuado para ese trabajo tan especial, el día de la entrega, te llega la traducción, pero no se ha usado Trados o las marcas están a medias, no se puede limpiar… Eso tiene muuucho trabajo.
- No respetar el formato o la numeración del original.
A los coordinadores les encanta tirarse horas arreglando el formato del documento o reordenando sus páginas para que el cliente sepa a qué se refiere cada parte.
- Dudas en el último momento.
Otra de esas cosas con las que conseguimos golpear al coordinador haciéndole perder 20 puntos de salud, 10 de paciencia y al menos 100 de consecución de objetivos. Una de las máximas para traductores y agencias: no hagas nada que pueda poner en peligro la entrega, ¡nunca!
- Problemas con las facturas.
Los coordinadores están acostumbrados a dedicar una parte de su tiempo a mediar entre el departamento de contabilidad y el traductor autónomo hasta que cosas como el NIF, IVA o IRPF están en su sitio (IVA, IRPF, ¡¿qué es eso?!). Sin embargo, cuando en las traducciones juradas el traductor envía la factura en un sobre junto al texto al cliente final, empiezan los problemas.
- Traducciones juradas «cutres».
Traducciones juradas hechas en papel reciclado o muy fino, enviar las traducciones juradas dobladas para que quepan en sobres de carta pequeños. De veras, la apariencia es importante. ¿Has probado a ir a la embajada china con una traducción jurada doblada o en formato DIN A5? (yo no, pero seguro que no es muy agradable).
Y para terminar, ¿cómo podemos acercar posiciones?
La opción más sencilla es, sin duda, quedar de vez en cuando y tomar unas cañas. Sin embargo, si, por la razón que sea, esto no es viable, también podemos seguir las reglas básicas en cualquier relación:
- Es imprescindible tratarse con respeto.
- Los acuerdos deben respetarse.
- Debemos acordar (mejor por escrito) los puntos importantes desde un principio.
- En lugar de culpar al otro cuando hay un problema, podemos intentar solucionarlo juntos.
Si todo esto no ayuda, podéis probar con los artículos de comunicación en el blog PerMondo o, si la cosa se pone muy fea, siempre puedes contratar uno de nuestros intérpretes de enlace para negociaciones, no tenemos ni idea de resolución de conflictos, pero en peores nos hemos visto.
Pasamos a los agradecimientos: Gracias a Carmen (traductora) y Jacobo (coordinador en Mondo Agit), por su ayuda al confeccionar esta lista de «razones». Gracias también a ti, estimado lector, por acompañarnos hasta aquí.
Ahora, la petición del día: Si te ha gustado, comparte, es gratis 🙂
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