Berlín es sinónimo de cultura y de aperturismo, y sus connotaciones históricas convierten su visita en algo muy especial. La historia del muro que, construido en 1961, pasó a dividir la ciudad, está muy bien documentada en el Museo del Checkpoint Charlie, donde aún queda una caseta de control del paso fronterizo de los aliados. Se conservan aún bastantes restos del histórico "muro de la vergüenza", que muchos artistas han decorado con graffiti.

Con el metro, los tranvías y los autobuses no tendrá Ud. problema en acceder a cualquier parte de la ciudad. Es obligada la visita a la puerta de Brandenburgo, así como al Reichstag (Parlamento) con su impresionante cúpula de cristal, diseñada por Norman Foster y abierta al público, uno de los símbolos de la ciudad. También la plaza Gendarmenmarkt es otro de los lugares emblemáticos de la ciudad.

Los museos de Berlín guardan tesoros de todas las épocas, desde las joyas egipcias de Nefertiti hasta la pintura de Beuys. La isla de los museos (Museumsinsel) abarca como núcleo cultural gran número de museos -el Bode-Museum, el museo de Pérgamo, el Altes Museum o el Friedrichswerdersche Museum, que guarda la obra creativa de polifacético artista Schinkel…-.

Fuera de esta zona, en el famoso barrio de Kreuzberg merece una visita el museo judío (Jüdisches Museum), de impresionante arquitectura y un modelo en sus innovaciones interactivas. Existe un abono para museos que permite por un precio especial acceder a todos ellos durante tres días consecutivos.

Son también de gran interés los edificios levantados en el Potsdamer Platz, "zona de nadie" totalmente devastada tras la guerra y actualmente símbolo de la vanguardia arquitectónica mundial.

El río Spree recorre la ciudad y por él transita un ir y venir constante de barcazas a cualquier hora del día, lo que nos ofrece la posibilidad de efectuar paseos breves o largos, contemplando la ciudad con una cerveza en la mano o, ya de noche, cenando amenizados por la música del barco.

Si se quiere ir de compras, aparte la mundialmente famosa Kurfürstendamm con sus almacenes KaDeWe, recomendamos las exclusivas "boutiques" de la elegante Friedrichstrasse,  las tiendas de las nuevas galerías "Arkaden" en la Potsdamer Platz o las boutiques próximas a Hackesche Höfe en el barrio Mitte.

Hablando de gastronomía, en Berlín podemos degustar desde la alta cocina internacional a las recetas más caseras en los restaurantes típicos alemanes, por ejemplo en el único barrio antiguo, y por cierto encantador, que se conserva, el Nikolaiviertel, o si tenemos prisa podemos recurrir a la comida rápida de cualquier Imbiss, puestos callejeros donde encontraremos desde la "Bulette" (hamburguesa) berlinesa a las salchichas alemanas o el Döner Kebab turco.

Para salir recomendamos los Hackesche Höfe, la Oranienburger Strasse -donde también se encuentra la sinagoga-, así como el barrio Prenzlauer Berg, con numerosos restaurantes rusos y judíos, o el de Friedrichshain, ambos en boga últimamente.

Si les sobrara tiempo, les sugerimos una visita al barroco Palacio de Charlottenburg, ya en las afueras, o a los increíbles palacios y jardines prusianos de Potsdam, también de fácil acceso en tren cercanías.