Cuando yo tenía siete años y mi hermana Amy cinco, estábamos jugando en nuestra litera y ella se cayó; para evitar que siguiera llorando y que así no me regañaran le dije las siguientes palabras: “Amy, Amy, espera. No llores, no llores. ¿Has visto cómo has aterrizado? Ningún humano puede hacerlo así, a cuatro patas. Amy, creo que esto significa que eres un unicornio”.
En ese momento, mi pobre hermana, manipulada por mí, se enfrentó al conflicto mientras su pequeño cerebro intentaba procesar el dolor y el shock que acababa de sufrir, a la vez que consideraba su nueva identidad de unicornio. Esta última triunfó y mi hermana sonrió y volvió a subir a la litera a pesar de tener una pierna rota.
Tenemos aquí un ejemplo de lo que, dos décadas después, resultaría ser una revolución científica llamada en psicología “pensamiento positivo”.
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Esto es un resumen de una charla ted, original en inglés: www.ted.com/talks/shawn_achor_the_happy_secret_to_better_work
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En el campo de la estadística, a menudo intentamos buscar formas de eliminar los valores atípicos para encontrar la línea de mayor ajuste. Sin embargo, lo que yo quiero hacer es estudiar ese valor atípico que está por encima de la media, para así recopilar información sobre este y que la gente no se conforme con ser «normal», sino que vaya más allá. Si estudiamos solo lo que pertenece a la media, seguiremos siendo corrientes. Yo quiero subir la media de todos los colegios y empresas del mundo.
Las influencias negativas, así como los casos de violencia y sufrimiento presentes en las noticias, dan forma a nuestra percepción de la realidad, ya que comenzamos a pensar que el mundo realmente es así, cuando, de hecho, no es cierto. Lo que nos determina no es la realidad, si no la lente a través de la cual la vemos. Si cambiamos la lente, no solo podemos dar forma a nuestra felicidad, sino que, al mismo tiempo, podemos cambiar los resultados en colegios y empresas.
Estuve trabajando como asesor en Harvard ayudando a los estudiantes a lo largo de los difíciles cuatro años de carrera. Y lo que descubrí con mi investigación y mis clases es que estos estudiantes, sin importar lo contentos que estuvieran por haber podido entrar a la universidad, transcurridas dos semanas, no pensaban ni en el privilegio que era estar allí, ni en la filosofía o la física. Sus mentes solo contemplaban la competencia, la carga de trabajo, las riñas, el estrés y las quejas.
La fórmula del éxito que nos presentan en la mayoría de colegios y empresas es que cuanto más duro trabajes, más éxito tendrás. Científicamente, esta idea está anticuada y no sirve. En primer lugar, porque cada vez que alcanzas un éxito, tu idea de lo que es el éxito (tu objetivo) cambia. Por ejemplo, si sacas buenas notas, quieres que sean aún mejores. Como sociedad, hemos colocado la felicidad por encima del horizonte cognitivo.
Pero, si podemos aumentar el nivel de positividad de alguien en un momento dado, entonces su cerebro experimenta lo que llamamos una ventaja de felicidad. El cerebro trabaja significativamente mejor en positivo que en negativo, sometido a estrés o en modo neutro. La inteligencia, la creatividad y los niveles de energía aumentan. Esto se debe a que la dopamina, que inunda tu sistema cuando eres positivo, tiene dos funciones: No solo te hace sentir más feliz, sino que pone en funcionamiento todos los centros de aprendizaje de tu cerebro permitiendo que te adaptes al mundo de una forma diferente.
Hay muchas formas de entrenar tu cerebro para que sea más positivo. Por ejemplo: escribir todos los días tres cosas que te hagan agradecido o describir una experiencia positiva o detalles que te hagan sentir bien. Haciendo esto durante tan solo un par de minutos al día, 21 días seguidos, podemos reprogramar nuestro cerebro para que trabaje con más optimismo y éxito.
Llevando a cabo estas actividades y entrenando nuestro cerebro, igual que entrenamos nuestros cuerpos, lo que hemos descubierto es que podemos darle la vuelta a la antigua fórmula del éxito y felicidad y, consecuentemente, no sólo crear olas de positivismo, sino crear una verdadera revolución.
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Esta charla ha sido resumida por Robyn Darbyshire y traducida del inglés por Maya García Pérez.
Silvia says
Estupendo artículo, tomo nota!
Muchas gracias
Adrian says
Me alegro de que te haya gustado.
¡Un saludo!