Delegar aquello que no nos gusta o con lo que no nos sentimos cómodos puede ser una gran tentación.
De hecho, cuando empecé con mi empresa de traducción, hace 10 años, el marketing era algo que me pesaba especialmente.
Yo no quería tener que buscar clientes y convencerles de que me contrataran. Yo quería traducir. Zapatero a sus zapatos, dicen.
Así, quería encontrar a alguien que se encargase de traer clientes, contratar un anuncio en Páginas Amarillas, encontrar un comercial que quisiera unirse al proyecto o dar con esa agencia mágica que por cuatro duros me trajera clientes.
Nada de eso funcionó y tuve que encontrar mi camino en el marketing, camino que resultó ser a través de una página web y del SEO (ya os contaré algún día de estos cómo fue).
Hoy me he pasado al otro lado: me he cansado de la traducción y me entusiasma el marketing (de ahí ha surgido mi nuevo proyecto, Van3). Encontrar el camino hacia esa persona que tiene una necesidad que puedo cubrir me parece algo apasionante.
Como Cristina, estoy convencido de que el marketing es algo en lo que el creador de la empresa (o alguien muy cercano) tiene que estar involucrado. En cualquier caso, no puedes contratar un comercial que no conoce tu producto, una agencia de marketing externa o un servicio SEO que te consigue enlaces o posiciona 10 palabras clave y olvidarte sin más.
Si quieres llegar de verdad a tu cliente, tienes que estar en el marketing. Solo tú puedes hacer esas primeras ventas tan importantes. Tú eres el que mejor conoce tu producto, y el que mejor entiendes la necesidad que cubre, ¿puedes permitirte prescindir de tu mayor activo en marketing?
Sin duda, una buena opción es adentrarte en el mundo del marketing acompañado, una opción que te ofrece Cristina y su Hoja de Ruta o el acompañamiento Van3.
¡Suerte!
Flora says
Hola Adrian, yo me siento exactamente así. Después de 20 años traduciendo! un saludo
Adrian says
Hola, Flora:
Me alegro de no estar solo 🙂
¡Gracias por tu comentario!